Mientras recorre en moto el sur de Francia, Peter Chance es atacado por un autoestopista. Queda inconsciente en la cuneta sin identificación, y cuando despierta en una extraña habitación no recuerda nada del pasado. La propietaria de la casa le dice que es su hijo y que ha tenido un accidente, y que su madre, al morir, le ha dejado dos millones de dólares. Cuando aparece el autoestopista, Chance empieza a sospechar que algo huele a podrido.