El viaje de esta familia española a la costa noroeste de los Estados Unidos se convierte en un plató perfecto para la exploración de la belleza del lugar y el sentimiento efímero de los momentos compartidos. En constante movimiento, establecen relaciones diferentes con las distintas cámaras que aparecen. El blocking de los “actores” nace de manera natural a unos ojos que ya aborrecen el turismo estereotipado. La colección del sonido es una figura más de todo aquello que intentamos arrastrar y, de alguna forma, coleccionar.