Candy despierta de una pesadilla con el rodeo. Pero cuando ve que era sólo un sueño se siente mejor. En eso se oye una explosión. Candy sale a ver qué es y es Stear que estaba tratando de hacer juegos artificiales para celebrar la victoria de Anthony. La tía abuela les prohibe pensar más en el rodeo. Pero en eso, entra un ternero que fue el premio que se ganó Anthony. La tía abuela enojada manda a que desaparezcan al ternero. El empleado que está a cargo de devolver el ternero no puede controlarlo entonces Candy se ofrece a llevarlo ella. En el camino se encuentra a Anthony y los dos deciden ir al pueblo a ver a quién se lo pueden regalar. En el pueblo nadie lo quiere con la excepción de un carnicero. Pero cuando Anthony y Candy se dan cuenta que el hombre entra en una carnicería llegan y se lo quitan. En el camino se encuentran con Steve, el papá de Tom. Los muchachos le dan el ternero pero Steve no lo acepta hasta que no le cobren. Anthony le pregunta a Candy qué deben hacer y Candy dice que acepten el dinero. Steve les da las monedas y Candy y Anthony comentan que nunca antes han podido gastar dinero. Anthony dice que lo quiere gastar sin comprar nada. Entonces deciden montarse en los caballitos. Tampoco ninguno de los dos se ha montado ahí anteriormente. Candy está feliz y se imagina que los del hogar de Pony están con ella. La tía abuela se entera que andan en el pueblo y manda a buscarlos. El empleado que debía deshacerse del ternero también los anda buscando. Pero Candy y Anthony lo ven y se esconden en un restaurante donde venden perros calientes. El dueño del restaurante los ve escondidos y los regaña pero Candy le dice que van a comer y ordenan unos perros calientes. Anthony pide una silla y cubiertos y el dueño del restaurante se enfurece pensando que Anthony se está burlando de él. Candy les explica a los dos lo que pasa. El dueño del restaurante reconoce a Anthony del rodeo y entonces los invita a la comida y no los deja pagar. Candy y Anthony todavía tienen dinero para gastar. Candy ve un puesto de una adivina y deciden entrar ahí. La adivina le lee las cartas a Candy. Después se las lee a Anthony y no le gusta nada lo que ve, la carta de la muerte. Ella cree que podría ser un error y las tira otra vez. Pero vuelve a salir la carta de la muerte. Muy angustiada la adivina les dice que se vayan. Candy pregunta qué vio en las cartas pero la adivina dice que será mejor que no lo sepan. Candy y Anthony van a un parque. Candy está muy preocupada por lo de las cartas pero Anthony le dice que no crea en esas cosas. Después se van y se suben en un campanario. Les han sobrado dos monedas y deciden guardarlas una cada quien para siempre recordar ese paseo.