A Myne le comunican que va a ser madre, así que decide prepararle un libro ilustrado como regalo. Dado que no tiene talento artístico, intenta que el sumo sacerdote le asigne a Wilma, una niña del orfanato que dibuja muy bien, para que le instruya. Sin embargo, el sumo sacerdote aprovecha esta situación para instar a Myna a que tome lecciones de música, pues considera esta arte más propia de los nobles.