El tratamiento alternativo al que se sometió Kane parece que ha funcionado y de nuevo toma el control de su ciudad. Meredith también vuelve con toda su fuerza en su papel de primera dama de Chicago; pero pronto descubre la obsesión de Tom Kane por su ayudante: Mona. Kane debe remediar su percepción pública, incluso si eso significa hacer daño a un viejo amigo.