Hak recupera su consciencia e Ik-Soo, el sacerdote, cuenta a Yona sobre su destino, refiriéndose a la leyenda de Hiryuu y los cuatro dragones. Ik-Soo sugiere a Yona buscar a quienes poseen el poder del dragón y hacerlos sus aliados, o sino Hak y ella podrían morir. Yona decide seguir el consejo del sacerdote, aunque pide a Hak que le enseñe a usar el arco y la espada para poder ser más fuerte.