Erwin logra llegar a su casa, se emborracha y llama a Lunt para contarle lo sucedido, luego se encierra en el sótano. Al día siguiente, invita a su padre y a Sonja a visitar su hogar. Pasan un buen día juntos, maravillándose con los manzanos que su padre plantó una vez. Sonja se va y Erwin le confiesa toda la historia a su padre, después le dice a Lunt que ya no puede vivir así y le deja un mensaje para informarle que se entregará a la policía. Lunt va a casa de Erwin para discutirlo, rogándole a Erwin que no arruine sus vidas, pero Erwin se encierra en el sótano. Lunt enciende la estufa de gas, enciende una vela y sale de la casa.